La obesidad de la escasez será la forma del hambre en el próximo siglo
Por la Doctora Claudia Durán (*) En Argentina y en el mundo se está dando vuelta el sentido del hambre, y los cuerpos de los pobres son cada vez más gruesos. Sin embargo, esa gordura no es la obesidad de la abundancia sino la obesidad de la escasez. Esto se da al revés de lo que predominó en las sociedades estatales preindustriales, donde se podía conocer la clase social por el tamaño de la cintura: a mayor bonanza, mayor tamaño corporal, constituyéndose la gordura en un marcador de la posición socio-económica, característica tan excepcional que se constituía en criterio estético, asociado además a la evidencia empírica de la mejor salud de quienes estaban mas alimentados -en sociedades donde la desnutrición era el estado estadísticamente “normal” de la población. Hoy, cuando el mundo alcanzó la desponibilidad excedentaria (hay más alimentos que los necesarios para nutrir adecuadamente a toda la población), presenciamos un fenómeno social inédito, en Argentina y en el mundo, que tiene