Por qué el ejercicio no te hace adelgazar
Por John Cloud para TIME Magazine Hoy es lunes, mañana es martes de cardio. Calentaré durante cinco minutos en una VersaClimber, una máquina que promete esculpir el cuerpo como una torre, moviendo brazos y piernas simultáneamente; enseguida, haré 30 minutos en la escaladora. El miércoles, un entrenador personal me hará sudar como un animal durante una hora, hasta el punto de marearme, un abuso por el que pago la misma cantidad que gasto en alimentos por semana. El jueves es mi clase de reducción que implica otro invento complicado, unpequeño colchón en forma de cuña del que tengo que impulsarme dolorosamente hacia arriba durante una hora. El viernes tendré que correr 8.5 kilómetros, medio kilómetro más, para expiar hasta agotarme cualquier exceso gastronómico en el que haya incurrido durante la semana. Me he ejercitado de esta forma por años, de manera obsesiva y en ocasiones severa, pero recientemente me empecé a preguntar por qué lo hago. Excepto un periodo de dos años, cuando termin