Publicidad engañosa incentiva obesidad infantil en México
Por Yeanny González, para Prensa Latina
La obesidad en México alcanza el grado de pandemia y sus principales víctimas son los niños, alertó en fecha reciente la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El doctor Eduardo González, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), explica que ese aumento del sobrepeso está directamente ligado al consumo ascendente de comida chatarra, incentivado por la publicidad.
Los mexicanos han cambiado sus alimentos tradicionales como los tacos, las enchiladas y los frijoles por las pizzas y las hamburguesas, que colman las pantallas televisivas, explicó.
Según el especialista, de no revertirse esa situación, en apenas 10 años el 90 por ciento de la población sufrirá obesidad y sobrepeso; hoy los padece el 70 por ciento.
Por su parte, el IMSS calificó esta problemática de "alarmante" debido a la deficiencia en la nutrición y la falta de actividad física que afecta a todas las edades.
Asimismo, alertó que en tiempos de escasez de alimentos las empresas aprovechan la oportunidad para promover comidas procesadas con bajo contenido nutricional.
Eso ha traído un nuevo fenómeno en la población infantil: los obesos desnutridos.
NIÑOS, LOS MÁS VULNERABLES
La gran cantidad de anuncios televisivos sobre alimentos chatarra (un promedio de 40 menciones por hora) ha colocado a este país en el segundo a nivel mundial en este tipo de promoción.
Consecuentemente, también es el segundo en número de personas pasadas de peso y el primero en obesidad infantil.
Al respecto, el doctor Enrique Gómez, presidente de la Asociación Mexicana de Cardiología, dijo a Prensa Latina que en este país uno de cada tres niños de la escuela primaria enfrenta ese problema de salud.
Los canales con programación para ese segmento poblacional transmiten en una hora 39 comerciales, de los cuales 17 son considerados no recomendables.
Los pequeños, expuestos a un bombardeo comercial que sobrepasa las dimensiones de lo soportable, gastan en las cooperativas escolares 20 mil millones de pesos al año, casi mil 500 millones de dólares, de los cuales el 97 por ciento se destina a la compra de alimentos de bajos nutrientes.
Así lo denunció el investigador del Instituto Nacional de Nutrición de la Secretaria de Salud (SSA), Abelardo Ávila, quien precisó que a partir de la edad escolar se incrementa la obesidad debido a la mala alimentación.
Aquí el consumo de frutas y verduras ha bajado, al tiempo que se incrementó el de refrescos, causantes de aumento de peso hasta en un 22 por ciento de los casos, tal como ilustran datos de la SSA.
De acuerdo con Alejandro Calvillo, director general del organismo El Poder del Consumidor (EPC), la ineficiencia de la Procuraduría Federal del Consumidor para sancionar o retirar la publicidad engañosa ha facilitado que empresas de alimentos propicien los altos índices de la enfermedad en la nación.
Pese a las denuncias interpuestas por la EPC, ninguna de ellas ha sido sancionada u obligada a retirar los anuncios engañosos de sus productos, expresó Calvillo.
Por su parte, la directora del Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria (Conar), Karla Ávila, aseguró que a fin de evitar más abusos y fraudes contra los infantes, se trabaja en un código de autorregulación de bebidas y alimentos, el cual, supuestamente, quedará listo este año.
Los problemas de obesidad tienen un alto costo para el estado.
La atención a sus consecuencias equivale a medio punto del Producto Interno Bruto, es decir, alrededor de 60 mil millones de pesos anuales, poco más de cuatro mil 482 millones de dólares, según las estadísticas.
Es la obesidad también el principal factor de riesgo de la diabetes mellitus, la primera causa de muerte en México, y de enfermedades cardiovasculares que aquejan al 70 por ciento de los adultos.
Mientras los malos hábitos alimenticios se extienden en toda la población, y las enfermedades que ellos traen de la mano van matando silenciosamente, algunas voces se alzan para alertar sobre el peligro.
Está aún por verse si las autoridades y la población tomarán conciencia de la gravedad del problema, comentan los especialistas.
La obesidad en México alcanza el grado de pandemia y sus principales víctimas son los niños, alertó en fecha reciente la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El doctor Eduardo González, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), explica que ese aumento del sobrepeso está directamente ligado al consumo ascendente de comida chatarra, incentivado por la publicidad.
Los mexicanos han cambiado sus alimentos tradicionales como los tacos, las enchiladas y los frijoles por las pizzas y las hamburguesas, que colman las pantallas televisivas, explicó.
Según el especialista, de no revertirse esa situación, en apenas 10 años el 90 por ciento de la población sufrirá obesidad y sobrepeso; hoy los padece el 70 por ciento.
Por su parte, el IMSS calificó esta problemática de "alarmante" debido a la deficiencia en la nutrición y la falta de actividad física que afecta a todas las edades.
Asimismo, alertó que en tiempos de escasez de alimentos las empresas aprovechan la oportunidad para promover comidas procesadas con bajo contenido nutricional.
Eso ha traído un nuevo fenómeno en la población infantil: los obesos desnutridos.
NIÑOS, LOS MÁS VULNERABLES
La gran cantidad de anuncios televisivos sobre alimentos chatarra (un promedio de 40 menciones por hora) ha colocado a este país en el segundo a nivel mundial en este tipo de promoción.
Consecuentemente, también es el segundo en número de personas pasadas de peso y el primero en obesidad infantil.
Al respecto, el doctor Enrique Gómez, presidente de la Asociación Mexicana de Cardiología, dijo a Prensa Latina que en este país uno de cada tres niños de la escuela primaria enfrenta ese problema de salud.
Los canales con programación para ese segmento poblacional transmiten en una hora 39 comerciales, de los cuales 17 son considerados no recomendables.
Los pequeños, expuestos a un bombardeo comercial que sobrepasa las dimensiones de lo soportable, gastan en las cooperativas escolares 20 mil millones de pesos al año, casi mil 500 millones de dólares, de los cuales el 97 por ciento se destina a la compra de alimentos de bajos nutrientes.
Así lo denunció el investigador del Instituto Nacional de Nutrición de la Secretaria de Salud (SSA), Abelardo Ávila, quien precisó que a partir de la edad escolar se incrementa la obesidad debido a la mala alimentación.
Aquí el consumo de frutas y verduras ha bajado, al tiempo que se incrementó el de refrescos, causantes de aumento de peso hasta en un 22 por ciento de los casos, tal como ilustran datos de la SSA.
De acuerdo con Alejandro Calvillo, director general del organismo El Poder del Consumidor (EPC), la ineficiencia de la Procuraduría Federal del Consumidor para sancionar o retirar la publicidad engañosa ha facilitado que empresas de alimentos propicien los altos índices de la enfermedad en la nación.
Pese a las denuncias interpuestas por la EPC, ninguna de ellas ha sido sancionada u obligada a retirar los anuncios engañosos de sus productos, expresó Calvillo.
Por su parte, la directora del Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria (Conar), Karla Ávila, aseguró que a fin de evitar más abusos y fraudes contra los infantes, se trabaja en un código de autorregulación de bebidas y alimentos, el cual, supuestamente, quedará listo este año.
Los problemas de obesidad tienen un alto costo para el estado.
La atención a sus consecuencias equivale a medio punto del Producto Interno Bruto, es decir, alrededor de 60 mil millones de pesos anuales, poco más de cuatro mil 482 millones de dólares, según las estadísticas.
Es la obesidad también el principal factor de riesgo de la diabetes mellitus, la primera causa de muerte en México, y de enfermedades cardiovasculares que aquejan al 70 por ciento de los adultos.
Mientras los malos hábitos alimenticios se extienden en toda la población, y las enfermedades que ellos traen de la mano van matando silenciosamente, algunas voces se alzan para alertar sobre el peligro.
Está aún por verse si las autoridades y la población tomarán conciencia de la gravedad del problema, comentan los especialistas.
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