¡Cuidado! La desnutrición afecta el aprendizaje

La desnutrición no sólo provoca una baja capacidad de aprendizaje en quien la presenta, sino que en algunos casos puede originar confusión en lo que se lee y escribe, provocando severos problemas en estudiantes, consideró el especialista Ismael Jiménez Estrada, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav).

"A simple vista las letras b y d son muy diferentes; sin embargo, si un infante padece desnutrición crónica podría confundirlas fácilmente, ya que percibiría las características de las letras de manera inapropiada y ello le provocaría severos problemas de aprendizaje", precisó el investigador del Departamento de Fisiología, Biofísica y Neurociencias.

Los organismos que padecen desnutrición van a tener una baja capacidad de percepción de cuanto les rodea y también van a responder de manera irregular a como lo haría un organismo correctamente alimentado, dijo en un comunicado del Cinvestav.

Esto se debe a que en individuos con este problema se altera la transmisión de información de un buen número de fibras aferentes, encargadas de transportar impulsos desde los receptores sensoriales hacia el cerebro.

Si bien esta información llega al individuo, lo hace de manera dispersa, lo que induce que no se activen de manera correcta y en sincronía los circuitos en el sistema nervioso central, que desembocaría en una respuesta determinada ante una situación.

"Un organismo que tenga estas anomalías siente menos, pero a la vez no tiene la capacidad para discernir con detalle un evento de un momento a otro, la cantidad de información va a ir variando cada vez más", comentó.

El investigador y su equipo realizaron un experimento en el que se sometió a dos grupos de ratas (un grupo control y otro desnutrido) a un régimen alimenticio en donde un grupo era alimentado "al gusto" mientras que el otro llevaba una dieta de alimentación al 50 por ciento de la cantidad que consumían estos animales.

Esto se realizó durante tres semanas antes del apareamiento, durante la gestación y la lactancia, posteriormente se sometieron al mismo régimen las crías de cada grupo y se les verificó el peso y la talla corporal en distintas edades postnatales.

Después seleccionaron un nervio (el nervio sural, nervio periférico con predominio de fibras aferentes provenientes de
receptores de la piel de la pata de los animales) y utilizaron un sistema de estimulación y registro de las respuestas.

Gracias a esto, los investigadores se dieron cuenta de que conforme iban creciendo, los nervios de los animales bien alimentados desarrollaban una respuesta robusta y regular, mientras que la de los nervios de animales desnutridos era pobre y con una gran variabilidad en su amplitud.

Tales alteraciones también pudieron observarlas en las respuestas producidas por la estimulación del nervio sural en la médula espinal de animales desnutridos y se han obtenido observaciones semejantes en otros nervios, tales como el nervio óptico, el gustativo y el auditivo, agregó Jiménez Estrada.

Con el objetivo de conocer si este proceso podría llegar a revertirse, los investigadores llevaron a cabo la rehabilitación alimenticia de los animales en distintas etapas de su desarrollo y descubrieron que la respuesta adecuada de los nervios solo podría obtenerse si se alimentaba a las ratas madre a partir de la segunda semana de gestación, esto es, cuando en las crías comienza el proceso de mielinización de las fibras nerviosas (la mielina es una sustancia que aísla y protege las fibras de los nervios).

"En el momento de la mielinización deben estar presentes todos los elementos necesarios para empezar ese proceso y si no lo están, nunca se llevará a cabo de manera apropiada, por lo tanto, la madre debe encontrarse con una dieta correctamente balanceada durante el período de la gestación", concluyó el especialista.

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