Más niños estadounidenses toman medicamentos para la diabetes y la presión arterial
De acuerdo con un estudio reciente, el número de niños y adolescentes estadounidenses que toman medicamentos para reducir la presión arterial y controlar la diabetes ha aumentado de manera significativa desde 2004
El estudio es tan sólo uno de varios informes sobre la obesidad infantil que aparecen en la edición de abril de Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine.
En el primer informe, investigadores de CVS Caremark, un gran suplidor de medicamentos para personas que tienen seguros de salud, utilizaron la base de datos de la compañía para monitorizar la renovación de recetas a nombre de niños y adolescentes.
"Los niños y los adolescentes empiezan a mostrar signos de afecciones de salud crónicas así como factores de riesgo cardiovasculares que normalmente están reservadas para los adultos", advirtió Joshua N. Liberman, vicepresidente de investigación estratégica de la compañía e investigador principal del estudio. "Necesitamos educar a los proveedores de atención de la salud sobre las oportunidades de controlar a estos pacientes".
El consumo de medicamentos para la presión arterial así como medicamentos orales para la diabetes ha estado en aumento entre los niños, apuntó Liberman. "Observamos un incremento en todos los grupos de edad desde los 6 hasta los 18 años", dijo. "El grupo más joven, la población de 6 a 10 años, experimentó el mayor incremento en el uso de medicamentos".
Para el estudio, el equipo de Liberman examinó los expedientes de recetas de casi 6 millones de niños y adolescentes en EE. UU. de 6 a 18 años que estaban cubiertos por un seguro de salud privado.
Hallaron que las recetas de medicamentos para la presión arterial, la diabetes y para reducir el colesterol aumentaron en más de 15 por ciento entre 2004 y 2007, al pasar de 3.3 recetas por 1,000 niños a finales de 2004 a 3.8 por 1,000 a mediados de 2007.
Cuando se evaluaron por separado, los medicamentos para la diabetes habían experimentado un incremento de 23 por ciento, además hubo un aumento de 15 por ciento en el número de recetas pediátricas de medicamentos para la presión arterial, destacó Liberman.
Sin embargo, durante ese mismo periodo de tiempo, las recetas de medicamentos para reducir el colesterol (que incluyen las estatinas como Crestor, Lipitor y Zocor) descendieron casi en 23 por ciento. Los investigadores especulan que esta caída se debió probablemente a la controversia en torno a recetar estos medicamentos a los niños.
No obstante, el aumento total en los medicamentos para la diabetes y la presión arterial es "representativo de los niños con seguro privado a lo largo y ancho de Estados Unidos", destacó Liberman.
Liberman cita a un factor como culpable de este incremento: el incremento dramático de la obesidad entre los niños. Pero además, destacó, los médicos cada vez son más conscientes de las consecuencias de salud de la obesidad entre los niños, por lo que inician el tratamiento a una edad temprana.
El Dr. Goutham Rao, director clínico del Centro de bienestar y control del peso del Hospital Infantil de Pittsburgh, apuntó que "los incrementos relativos en las recetas de medicamentos antihipertensivos, antidiabéticos y reductores del colesterol no sorprenden, pero atribuir el incremento en el número de recetas a las mayores tasas de obesidad debería hacerse con cautela".
"Es posible que los médicos en realidad estén reconociendo estos problemas de mejor forma", dijo Rao. "En otras palabras, no es que los problemas sean más comunes, sino que un mayor nivel de conciencia ha elevado las tasas de diagnóstico".
Los investigadores sugieren que la diabetes tipo 2, la presión arterial alta y el colesterol alto parecen no estar siendo tratados de manera suficiente, dijo Rao, y esto podría deberse a que los médicos no se sienten cómodos al recetar medicamentos a largo plazo para los niños.
"Y sin duda alguna esto es así", apuntó Rao. "Sin embargo, los investigadores no mencionan la incomodidad de los padres o de los pacientes. Por experiencia personal, puedo decir que muchos padres se muestran extremadamente preocupados con la idea de que sus hijos tomen medicamentos para reducir el colesterol por el resto de sus vidas. La idea de que estos problemas afectan a los niños aún es desconocida por muchas familias".
En la revista también se informa sobre otros hallazgos relacionados con el problema de la obesidad infantil. Un estudio encontró que los hijos de nativos americanos o de Alaska eran mucho más propensos a la obesidad que los hijos de blancos y asiáticos. En ese estudio, Sarah E. Anderson, del Colegio de salud pública de la Universidad Estatal de Ohio y el Dr. Robert C. Whitaker, de la Universidad de Temple, recopilaron datos sobre 8,550 niños.
Hallaron que cerca del 18 por ciento de los niños de cuatro años del estudio eran obesos en 2005, lo que incluía a más del 31 por ciento de los niños nativos americanos y nativos de Alaska, el 22 por ciento de los niños hispanos, el 21 por ciento de los niños negros, el 16 por ciento de los niños blancos y el 13 por ciento de los niños asiáticos.
"Con el fin de frenar las tendencias de la obesidad infantil, tanto el inspector general de sanidad como el Instituto de Medicina recomiendan iniciar los esfuerzos de prevención de la obesidad temprano en la vida", concluyeron los autores.
En un tercer informe, investigadores holandeses dirigidos por Amika S. Singh del Centro Médico de la Universidad VU de Ámsterdam hallaron que un esfuerzo basado en la escuela para incrementar el nivel de conciencia en torno a la obesidad y los cambios de conducta redujo el consumo de bebidas con azúcar entre los adolescentes. El programa mejoró la composición del cuerpo entre las niñas, pero no en los niños, aunque no pareció afectar otros comportamientos, como el consumo de refrigerios o caminar hasta la escuela.
"Nuestros hallazgos son importantes, sobre todo cuando se considera la necesidad de pruebas sobre la eficacia a largo plazo de las intervenciones en el campo de la prevención de la obesidad", escribieron los autores. "Por tanto, reducir el consumo de bebidas que contienen azúcar debería considerarse como un buen objetivo de comportamiento para las intervenciones futuras en materia de prevención del sobrepeso entre adolescentes".
En un informe final, un equipo dirigido por la Dra. Y. Claire Wang, de la Facultad de salud pública Mailman de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York, halló que hacer que los niños beban agua en lugar de bebidas azucaradas como los refrescos redujo la ingesta total de calorías en un promedio de 235 calorías al día. Sin embargo, el beneficio no fue aparente cuando las bebidas dulces se reemplazaron con leche o jugos.
"Nuestros resultados indican que sustituir las bebidas azucaradas por el agua está asociado con una reducción significativa en la ingesta total de calorías", escribieron los autores. "Cada sustitución de uno por ciento en la bebida fue asociada con una ingesta calórica total 6.6 calorías más baja, una reducción que no se vio anulada por los incrementos compensatorios con otros alimentos o bebidas".
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