La nutrición es fundamental para la correcta formación de los bebés prematuros

El bebé prematuro, es aquel que nace antes de cumplir las 37 semanas de gestación, caracterizándose por presentar un peso por debajo de los 2.500 gramos y por la inmadurez de su organismo, lo cual puede llevarlo a manifestar dificultad respiratoria, estreñimiento, reflujo gastroesofágico y ser más propenso a presentar infecciones.

María José Castro, neonatóloga del Hospital Pérez Carreño de Caracas, explicó que los requerimientos nutricionales de los bebés prematuros son mayores que en los niños a término. Entre las principales exigencias alimentarias están las proteínas, necesarias para crecimiento y formación de estructuras celulares; aminoácidos, ácidos grasos esenciales y poli-insaturados de cadena larga, imprescindibles para el desarrollo cerebral y ocular; al igual que el aporte de ácido fólico, hierro y calcio, todos estos vitales para el crecimiento.

La especialista en neonatología, indicó que la forma ideal de alimentar al bebé prematuro, si su condición lo permite, es a través de la vía enteral con leche materna fortificada o fórmulas lácteas especiales para prematuros o lactantes de bajo peso. Dentro de las características que tienen las fórmulas para bebés prematuros, resaltan su contenido de grasas, el cual constituye un 50% del aporte calórico, además de la presencia de biofactores fundamentales que interactúan en procesos y funciones que favorecen el óptimo crecimiento y desarrollo del infante.

“La elección de la fórmula láctea para alimentar a bebés prematuros debe estar siempre basada en las necesidades nutricionales del bebé, por lo que se recomienda la orientación del pediatra al respecto”, indicó Castro.

Atención especial para el recién nacido

La neonatóloga explicó que, en gran parte de los casos, los bebés prematuros requieren cuidados intensivos en un centro de salud, antes de ser dados de alta. Dicha asistencia debe tener como prioridad tratar la patología que presente el recién nacido, sin causar daño, manteniéndolo en un microambiente ideal, que le aporte confort térmico, nivel de ruido y luz bajos, y control de las situaciones que le produzcan dolor o molestias.

Para mejorar su función respiratoria, muchos de estos bebés requieren ventilación mecánica -que puede ser no invasiva, mediante cánulas nasales, o invasiva, a través de un tubo traqueal-. Otra de las prioridades para su cuidado, es evitar las infecciones mediante la adecuada descontaminación de las manos.

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