¿Saber Leer la Etiqueta de los Alimentos?



Actualmente, los envases de alimentos traen en una tabla impresa en la etiqueta o, si no hay suficiente espacio, en texto corrido, la información nutricional detallada.

"Se aconseja leer siempre las etiquetas de los alimentos, revisando la fecha de vencimiento. Después se debe considerar el aporte y tipo de nutrientes, prestando especial atención a la porción de consumo habitual. No olvides revisar los colorantes, ya que algunos pueden producir alergias en personas sensibles", advierte Marcela Giacometto, docente de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello.

"En la medida en que los usuarios le den importancia al uso del etiquetado nutricional en la selección de alimentos saludables, contaremos con una mayor oferta y mejores precios", agrega.

"Cada usuario se fijará y privilegiará aquellos nutrientes que le sean más importantes de acuerdo a su situación personal y la de su familia, pero en términos generales se recomienda preferir los alimentos con menos aporte de grasas, sodio, azúcar y los con mayor aporte de fibra y calcio", recomienda la nutricionista.

Lo que Se Debe Conocer
La normativa que establece el etiquetado nutricional de cualquier alimento, es una gran ayuda, pero las personas deben aprender a familiarizarse con distintos términos, referidos al valor nutricional de cada producto, conociendo exactamente qué significa cada uno de ellos.

Marcela Giacometto explica de qué se trata cada una de las categorías que presentan los envases de los productos alimenticios:

Los ácidos grasos: se clasifican de acuerdo a su estructura química en ácidos grasos saturados, monoinsaturados y poliinsaturados. Los alimentos que aportan ácidos grasos saturados son los de origen animal, los monoinsaturados están presentes en el aceite oliva, raps y soya, los poliinsaturados en aceites de maravilla, maíz, pepa de uva y los pescados grasos. En una dieta equilibrada se consumen los tres tipos, pero se debe tener especial cuidado en elegir productos con menor aporte de ácidos grasos saturados, ya que aumentan los niveles de colesterol.

Los ácidos grasos trans: son los resultantes de un proceso industrial que consiste en hidrogenarlos para cambiar su estado de líquido a sólido, por ejemplo, en las margarinas vegetales. Se comportan como los ácidos grasos saturados elevando los niveles de colesterol, por lo tanto, se recomienda elegir aquellos productos rotulados como libres de ácidos grasos trans.

El colesterol: otro tipo de grasa que se encuentra en los alimentos de origen animal. La mayor parte del colesterol es producido en el organismo humano y el resto se ingiere a través de los alimentos. El aumento de los niveles de colesterol se asocia a mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, por lo que se aconseja consumir menos de 300 mg de colesterol al día: prefiera aquellos alimentos libres de colesterol.

Los ácidos grasos poliinsaturados: se dividen en dos tipos: omega 6 y omega 3, que son esenciales para el organismo y deben ser ingeridos a través de los alimentos. Los omega 6 se encuentran en aceites vegetales (maravilla, pepita de uva y maíz) y los omega 3 en pescados grasos (jurel, atún, salmón) y aceites vegetales (raps, canola y soya).

Soluble e insoluble: esta denominación se refiere a su solubilidad en agua, lo que no determina una función específica. Tiene efectos sobre la reducción de los niveles de colesterol y mejora la digestión, por lo que se recomienda consumir 25 gramos al día (se debe optar por alimentos con mayor aporte de fibra).

Edulcorantes: pueden ser nutritivos y no nutritivos de acuerdo al aporte de energía que tienen. Los edulcorantes no nutritivos no aportan energía (calorías) y se agregan a los alimentos para proporcionar sabor dulce. En la rotulación además de indicar la cantidad por porción de consumo habitual, se debe indicar la ingesta diaria admisible (IDA), que corresponde a la cantidad diaria estimada como adecuada para un adulto normal, expresado en miligramos (mg) por kilo (kg) de peso corporal.

Fibra dietética: corresponde a una parte de los hidratos de carbono que no pueden ser digeridos por el organismo humano. Es por eso que en el etiquetado nutricional el aporte de hidratos de carbono aparece como hidratos de carbono disponibles, correspondiendo al total de los hidratos de carbono menos la fibra dietética.

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