Bebé gordito a los seis meses, obeso a los tres años
Los bebés que nacen con mucho peso tienen más posibilidades de convertirse en obesos cuando crezcan, según un estudio sobre la importancia de tener buenos hábitos alimenticios desde la infancia, realizado por investigadores de la Universidad de Harvard y el Children's Hospital en Boston, en Estados Unidos, y publicados recientemente en la revista 'Pediatrics'.
Los investigadores dividieron 559 niños en cuatro grupos basándose en la medición de su peso y estatura al momento de nacer, a los seis meses y a los tres años. Así, se observó que casi uno de cada 10 niños era obeso a los tres años.
Además, se verificó que aquellos que pesaban más al momento de nacer y aquellos que ganaron casi todo el peso a los 6 meses tienen un 40 por ciento más de probabilidad de convertirse en obeso a los 3 años. No obstante, la obesidad a los tres años no necesariamente se traduce a una obesidad en la niñez o adultez, aunque aumenta esta posibilidad.
"Estos datos sugieren que es la rápida obtención de peso en la infancia la que pone a los niños en riesgo" más que un alto peso en el nacimiento, según explica el investigador Elsie Taveras.
Por otra parte, un segundo estudio también publicado en la revista 'Pediatrics', y realizado por Research Institute of Child Nutrition en Dortmund, Alemania, descubrió que una forma fácil para evitar que los niños ganen mucho peso era motivarlos a beber más agua.
Así, observaron a un grupo de niños mientras comían, al tiempo trataron de analizar cuándo estaban satisfechos para, más tarde, motivarlos a beber mucha agua ya que podría ayudar a controlar su peso. Aquellos que bebieron más agua disminuyeron su riesgo de tener sobrepeso en un 31 por ciento.
Durante la investigación se instalaron fuentes de agua en las áreas pobres de Dortmund y Essen, además se contó con la colaboración de 1.641 estudiantes de segundo y tercer grado que bebieron el equivalente a un vaso de agua diario adicional.
En los últimos 20 años se la tasa de obesidad entre los niños estadounidenses se ha duplicado, y casi un tercio de los niños tienen sobrepeso o son obesos. Además, recuerdan que la epidemia de la obesidad está vinculada a muchos problemas de salud, así como a un aumento en el riesgo de tener enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer.
Los investigadores dividieron 559 niños en cuatro grupos basándose en la medición de su peso y estatura al momento de nacer, a los seis meses y a los tres años. Así, se observó que casi uno de cada 10 niños era obeso a los tres años.
Además, se verificó que aquellos que pesaban más al momento de nacer y aquellos que ganaron casi todo el peso a los 6 meses tienen un 40 por ciento más de probabilidad de convertirse en obeso a los 3 años. No obstante, la obesidad a los tres años no necesariamente se traduce a una obesidad en la niñez o adultez, aunque aumenta esta posibilidad.
"Estos datos sugieren que es la rápida obtención de peso en la infancia la que pone a los niños en riesgo" más que un alto peso en el nacimiento, según explica el investigador Elsie Taveras.
Por otra parte, un segundo estudio también publicado en la revista 'Pediatrics', y realizado por Research Institute of Child Nutrition en Dortmund, Alemania, descubrió que una forma fácil para evitar que los niños ganen mucho peso era motivarlos a beber más agua.
Así, observaron a un grupo de niños mientras comían, al tiempo trataron de analizar cuándo estaban satisfechos para, más tarde, motivarlos a beber mucha agua ya que podría ayudar a controlar su peso. Aquellos que bebieron más agua disminuyeron su riesgo de tener sobrepeso en un 31 por ciento.
Durante la investigación se instalaron fuentes de agua en las áreas pobres de Dortmund y Essen, además se contó con la colaboración de 1.641 estudiantes de segundo y tercer grado que bebieron el equivalente a un vaso de agua diario adicional.
En los últimos 20 años se la tasa de obesidad entre los niños estadounidenses se ha duplicado, y casi un tercio de los niños tienen sobrepeso o son obesos. Además, recuerdan que la epidemia de la obesidad está vinculada a muchos problemas de salud, así como a un aumento en el riesgo de tener enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer.
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