Aceite de oliva, fuente de salud
El aceite de oliva, componente básico de la dieta mediterránea, es una verdadera joya de la alimentación. Además de hacer que las comidas sean más apetitosas, sus bondades preventivas y curativas están más que demostradas a través de diferentes estudios. A ellos se une el que han llevado a cabo investigadores de la Universidad de Almería y de la Unidad de Vitaminas del Hospital Universitario Puerta de Hierro (Madrid). Un proyecto que ha confirmado la potencialidad del aceite de oliva virgen como vector de las propiedades terapéuticas de la luteína, un antioxidante que se ha demostrado eficaz en la prevención de patologías neurodegenerativas o cáncer.
La luteína aparece de forma natural en verduras y hortalizas de color verde oscuro, como coles de Bruselas, guisantes, espinacas, lechuga o judías, ortigas, y en los pétalos de algunas plantas, como la caléndula, de donde se obtiene la mayoría de este componente que aparece en los suplementos dietéticos. La UAL ha patentado una técnica para producir de forma masiva este compuesto a partir del microalgabautizado como ‘Scenedesmus almeriensis’ en una proporción de entre 6 y 10 gramos de producto por kilo de biomasa.
“La biodisponibilidad de este compuesto ha venido siendo estudiada en los últimos años por distintos grupos de investigación con el objetivo de conocer la fracción de luteína que llega al torrente sanguíneo”, asegura José María Fernandez-Sevilla, investigador de la UAL. A través de diversos acuerdos suscritos con la Unidad de Vitaminas del Puerta de Hierro, la UAL ha realizado ensayos in vitro para conocer su biodisponibilidad en función de los vectores utilizados, entre ellos el aceite de oliva o la leche fermentada
En una proporción de un gramo de sustancia por litro de aceite de oliva virgen, los expertos encontraron que, mientras por ingesta directa sólo se metabolizaba un 15% de producto, con aceite de oliva la proporción llegaba al 90%. El estudio se ha publicado en la revista Food Chemistry “Creemos que la matriz grasa del aceite de oliva es la que está detrás de que este porcentaje de absorción sea tan alto”, argumenta. “Esto le infiere un valor extraordinario como fuente natural de productos farmacológicos destinados a combatir la degeneración macular senil y otras patologías.
Grupo de investigación de la Universidad de Almería. gías cardiovasculares humanas”, aclara. Los investigadores del Puerta de Hierro trabajaron sobre simulaciones en laboratorio, y, a corto plazo, realizarán ensayos de biodisponibilidad en embutidos y dietas proteicas. Cultivo. La microalga ‘Scenedesmus almeriensis’ puede ser una candidata a ser cultivada en espacios controlados al aire libre según algunos estudios. Los resultados del trabajo desarrollado por la UAL –publicado en Applied Microbiology and Biotechnology– refrendan esta teoría: se trata de un microorganismo que necesita una temperatura óptima de crecimiento de 35ºC y capaz de soportar hasta los 48ºC, es tolerante a altas intensidades luminosas.
La importancia de este descubrimiento, que se produjo a partir de un trabajo realizado en agosto de 2003 cuando Cajamar propuso a la UAL la investigación de nuevos aprovechamientos del invernadero, radica también en las amplias posibilidades que se abren ahora para la producción. La luteína es un pigmento que aparece de una forma natural en la retina, junto con la zeaxantina. Ambos aparecen en la mácula, región central de la retina a la cual le proporcionan su coloración amarillenta, pero, mientras que la zeaxantina se encuentra en el centro de la mácula, la luteína ocupa las partes laterales.
La conservación de este pigmento es lo que permite el filtrado de los rayos ultravioleta del sol, impidiendo la formación de muchas enfermedades, entre ellas la degeneración macular, que es un trastorno de la visión caracterizado por la perdida de la agudeza, como consecuencia de la degeneración que se produce en la mácula o parte central de la retina. De igual manera se ha demostrado que niveles altos de estos componentes en la retina defienden la vista contra las cataratas. Ambos pigmentos parecen también proteger al organismo contra la aparición de ciertas formas de cáncer.
Comentarios