Evite hacer las dietas tradicionales para adelgazar
El ser humano, desde las épocas primitivas, está programado de manera genética para responder a las circunstancias del medio ambiente que lo rodea y para asegurar la supervivencia
Por Claudia Durán, médica especialista en Nutrición.
Nuestros cuerpos son capaces de adaptarse a los cambios de suministro de alimentos (como la escasez de alimento) y pueden responder de manera adecuada cambiando nuestra tasa metabólica (el metabolismo puede volverse lento), almacenando más grasas de lo normal, provocándonos antojos específicos e influenciando nuestro nivel de actividad
Las dietas tradicionales para adelgazar interfieren con las respuestas naturales de nuestro organismo creando una forma de “hambruna artificial”. El gran problema aquí es que el cuerpo no reconoce la diferencia entre una hambruna real (como cuando en las épocas primitivas se sometían a largos periodos de escasez de alimento) y una hambruna que es causada por que está simplemente haciendo una dieta
El cuerpo responderá frente a cualquiera de las dos situaciones disminuyendo la tasa metabólica (quemando las calorías más lentamente), aumentando las reservas de grasa del organismo y causándole severos antojos de comidas abundantes en azúcares y grasa (¿ahora se entiende por qué surgen esas ganas desesperadas de comer después de unos días de estar haciendo una dieta para adelgazar?)
Aquellas dietas para adelgazar que limitan de forma severa el consumo de calorías, provocan una batalla entre sus deseos ardientes de bajar de peso y los instintos de supervivencia de su cuerpo (los cuáles no puede controlar de manera consciente) y esto desencadena el famoso efecto “yoyo” que es el bajar de peso y llegar un momento en que recupera todos los kilos perdidos.
Por Claudia Durán, médica especialista en Nutrición.
Nuestros cuerpos son capaces de adaptarse a los cambios de suministro de alimentos (como la escasez de alimento) y pueden responder de manera adecuada cambiando nuestra tasa metabólica (el metabolismo puede volverse lento), almacenando más grasas de lo normal, provocándonos antojos específicos e influenciando nuestro nivel de actividad
Las dietas tradicionales para adelgazar interfieren con las respuestas naturales de nuestro organismo creando una forma de “hambruna artificial”. El gran problema aquí es que el cuerpo no reconoce la diferencia entre una hambruna real (como cuando en las épocas primitivas se sometían a largos periodos de escasez de alimento) y una hambruna que es causada por que está simplemente haciendo una dieta
El cuerpo responderá frente a cualquiera de las dos situaciones disminuyendo la tasa metabólica (quemando las calorías más lentamente), aumentando las reservas de grasa del organismo y causándole severos antojos de comidas abundantes en azúcares y grasa (¿ahora se entiende por qué surgen esas ganas desesperadas de comer después de unos días de estar haciendo una dieta para adelgazar?)
Aquellas dietas para adelgazar que limitan de forma severa el consumo de calorías, provocan una batalla entre sus deseos ardientes de bajar de peso y los instintos de supervivencia de su cuerpo (los cuáles no puede controlar de manera consciente) y esto desencadena el famoso efecto “yoyo” que es el bajar de peso y llegar un momento en que recupera todos los kilos perdidos.
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