El déficit en vitamina D y los bajos niveles de estrógeno aumentan el riesgo cardiovascular

Las carencias en vitamina D y los bajos niveles de estrógeno son factores de riesgo independientes del endurecimiento y estrechamiento de las arterias y la debilitación de los huesos, según un estudio de las Instituciones Médicas Johns Hopkins que se ha hecho público durante la reunión anual de la Asociación Cardiaca Americana que se celebra estos días en Orlando (Estados Unidos).

El estudio supone la primera evidencia en hombres de que los efectos perjudiciales a largo plazo de la carencia de vitamina D están amplificados por los niveles más bajos de estrógeno pero no de la testosterona.

La vitamina D es un elemento esencial para mantener sano el organismo y puede obtenerse a través de alimentos fortificados como la leche y los cereales y mediante la exposición a la luz solar. Los niveles en sangre de menos de 20 nanogramos por mililitro o menos de vitamina D se consideran perjudiciales para la salud.

Según explica Erin Michos, responsable del estudio, "nuestros resultados confirman un vínculo largamente sospechado y sugiere que los suplementos de vitamina D, que ya son prescritos para tratar la osteoporosis, podrían también ser útiles para prevenir la enfermedad cardiaca".

En los hombres del estudio se midieron los niveles hormonales en las dos formas en las testosterona y estrógenos se encuentran en la sangre, cuando circulan libres o cuando se unen a una proteína conocida como globulina de unión a las hormonas sexuales o SHBG, según sus siglas en inglés.

Los resultados iniciales no mostraron vinculación entre la carencia de vitamina D y los menores niveles de estas hormonas en sangre. Además, a pesar de descubrir una relación perjudicial entre los niveles bajos de testosterona y las tasas de enfermedad cardiaca, ictus e hipertensión así como la osteopenia en hombres, los investigadores descubrieron que esto era independiente de las carencias en vitamina D.

Sin embargo, cuando los investigadores compararon las tasas de estrógenos con los niveles de SHBG descubrieron que las tasas de ambas enfermedades, sobre todo la osteopenia, la fase inicial de la osteoporosis, era superior cuando tanto los niveles de estrógenos como de vitamina D eran bajos.

Por cada unidad menos en las tasas de estrógeno y SHBG, los hombres con bajo nivel de vitamina D mostraban un 89 por ciento más de osteopenia pero aquellos con niveles suficientes de vitamina D tenían un 64 por ciento. Utilizando la misma medida de niveles de estrógenos, los hombres con poca vitamina D tenían también un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, un 12 por ciento, en comparación con aquellos con niveles adecuados de la vitamina, un 1 por ciento.

"Estos resultados refuerzan el mensaje de lo importante que son las cantidades adecuadas de vitamina D para la salud ósea y que el riesgo de un hombre de desarrollar osteoporosis y enfermedad cardiaca depende de una compleja interacción entre las posibles carencias de vitaminas y las hormonas sexuales, en particular el estrógeno", concluye Michos.

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