La UE estudia los suplementos alimenticios con lupa
Muchos europeos consumen suplementos alimenticios por varias razones, por ejemplo, para asegurarse de tomar una cantidad suficiente de nutrientes o para corregir una deficiencia nutricional que influye en el bienestar. No obstante, cabe plantearse hasta qué punto son seguros. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha concluido una evaluación exhaustiva sobre las sustancias empleadas como fuentes de vitaminas y minerales en los suplementos alimenticios a la venta en Europa.
Estos suplementos dietéticos se venden en distintas presentaciones, como por ejemplo en pastillas, licuados y en polvo. Entre sus ingredientes puede haber hierbas, aminoácidos, metabolitos y enzimas que ejercen un efecto nutricional o psicológico en el cuerpo humano.
Una de las sustancias analizadas por la EFSA fue el nitrato crómico, que se emplean como fuente de cromo en este tipo de suplementos. Gran cantidad de científicos concuerdan en que el cromo, un oligomineral, ayuda al cuerpo humano a «quemar» carbohidratos y grasas. También favorece el aporte de glucosa a las células y puede potenciar la sensibilidad a la insulina, de manera que podría ayudar a aplacar el deseo de consumir hidratos de carbono y dulces.
Las complicaciones pueden surgir cuando se consumen dichas sustancias sin ningún tipo de control. Según la EFSA, el consumo excesivo de vitaminas puede provocar efectos secundarios. Es posible añadir vitaminas y minerales a los suplementos alimenticios, pero para hacerlo con seguridad han de establecerse ciertos límites.
Durante un periodo de cuatro años, la EFSA evaluó 533 solicitudes correspondientes a 344 sustancias diferentes. En su informe se explica que las evaluaciones se basaron en pruebas científicas proporcionadas por los fabricantes y que su finalidad era establecer el grado de seguridad de estos nutrientes, así como determinar su biodisponibilidad (la manera en la que el cuerpo humano absorbe sustancias químicas).
Durante el proceso de evaluación se rechazaron 186 solicitudes. La EFSA también indicó que fue imposible evaluar casi la mitad de las solicitudes restantes debido a la falta de pruebas científicas. La autoridad identificó posibles lagunas en la seguridad de un total de 39 solicitudes.
«Millones de personas de toda Europa consumen suplementos alimenticios para complementar su dieta diaria», explicó John-Christian Larsen, presidente de la «comisión sobre aditivos y nutrientes en los alimentos» de la EFSA (o comisión ANS). «El trabajo de esta comisión ayudará a asegurar que las fuentes de vitaminas y minerales empleadas en los suplementos alimenticios vendidos en la UE sean seguras y aporten de hecho dichos nutrientes al organismo.»
«El cumplimiento de esta ingente tarea dentro del ajustado plazo acordado con la Comisión Europea ha supuesto un hito importante en la labor que realiza la EFSA en relación a la protección del consumidor, y constituye un logro destacable de la comisión ANS», añadió.
La EFSA también señaló que sólo se pueden seguir empleando en suplementos alimenticios aquellas fuentes de nutrientes cuya seguridad y biodisponibilidad hayan sido evaluadas y que se encuentren en el listado del anexo correspondiente a la Directiva Comunitaria 2002/46/CE. Esta normativa se aplicará a partir del 1 de enero de 2010. Entre los nutrientes están las vitaminas A, D y K, ácido fólico, zinc, selenio, cromo y manganeso, así como los minerales carbonato cálcico, sulfato ferroso (hierro) e hidróxido de sodio.
La finalidad de la Directiva es armonizar la legislación relativa al etiquetado de los suplementos alimenticios y garantizar que los productos sean seguros y estén adecuadamente etiquetados, a fin de que los consumidores europeos puedan elegir estando adecuadamente informados.
Estos suplementos dietéticos se venden en distintas presentaciones, como por ejemplo en pastillas, licuados y en polvo. Entre sus ingredientes puede haber hierbas, aminoácidos, metabolitos y enzimas que ejercen un efecto nutricional o psicológico en el cuerpo humano.
Una de las sustancias analizadas por la EFSA fue el nitrato crómico, que se emplean como fuente de cromo en este tipo de suplementos. Gran cantidad de científicos concuerdan en que el cromo, un oligomineral, ayuda al cuerpo humano a «quemar» carbohidratos y grasas. También favorece el aporte de glucosa a las células y puede potenciar la sensibilidad a la insulina, de manera que podría ayudar a aplacar el deseo de consumir hidratos de carbono y dulces.
Las complicaciones pueden surgir cuando se consumen dichas sustancias sin ningún tipo de control. Según la EFSA, el consumo excesivo de vitaminas puede provocar efectos secundarios. Es posible añadir vitaminas y minerales a los suplementos alimenticios, pero para hacerlo con seguridad han de establecerse ciertos límites.
Durante un periodo de cuatro años, la EFSA evaluó 533 solicitudes correspondientes a 344 sustancias diferentes. En su informe se explica que las evaluaciones se basaron en pruebas científicas proporcionadas por los fabricantes y que su finalidad era establecer el grado de seguridad de estos nutrientes, así como determinar su biodisponibilidad (la manera en la que el cuerpo humano absorbe sustancias químicas).
Durante el proceso de evaluación se rechazaron 186 solicitudes. La EFSA también indicó que fue imposible evaluar casi la mitad de las solicitudes restantes debido a la falta de pruebas científicas. La autoridad identificó posibles lagunas en la seguridad de un total de 39 solicitudes.
«Millones de personas de toda Europa consumen suplementos alimenticios para complementar su dieta diaria», explicó John-Christian Larsen, presidente de la «comisión sobre aditivos y nutrientes en los alimentos» de la EFSA (o comisión ANS). «El trabajo de esta comisión ayudará a asegurar que las fuentes de vitaminas y minerales empleadas en los suplementos alimenticios vendidos en la UE sean seguras y aporten de hecho dichos nutrientes al organismo.»
«El cumplimiento de esta ingente tarea dentro del ajustado plazo acordado con la Comisión Europea ha supuesto un hito importante en la labor que realiza la EFSA en relación a la protección del consumidor, y constituye un logro destacable de la comisión ANS», añadió.
La EFSA también señaló que sólo se pueden seguir empleando en suplementos alimenticios aquellas fuentes de nutrientes cuya seguridad y biodisponibilidad hayan sido evaluadas y que se encuentren en el listado del anexo correspondiente a la Directiva Comunitaria 2002/46/CE. Esta normativa se aplicará a partir del 1 de enero de 2010. Entre los nutrientes están las vitaminas A, D y K, ácido fólico, zinc, selenio, cromo y manganeso, así como los minerales carbonato cálcico, sulfato ferroso (hierro) e hidróxido de sodio.
La finalidad de la Directiva es armonizar la legislación relativa al etiquetado de los suplementos alimenticios y garantizar que los productos sean seguros y estén adecuadamente etiquetados, a fin de que los consumidores europeos puedan elegir estando adecuadamente informados.
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