Plantas medicinales y dietas
Es posible conseguir una pérdida de peso de forma racional, eliminando los malos hábitos alimentarios, manteniendo un control horario, haciendo caso de la pirámide alimenticia, dar protagonismo a frutas, verduras y legumbres, y tratando de que los hidratos de carbono se coman sin exceso y sabiendo cuando deben comerse, a la par que reducir el exceso de ingestas hipercalóricas, complementando todo ello con la práctica regular de ejercicio, que puede limitarse si se requiere a una necesidad básica como caminar durante media hora al día.
Las plantas medicinales pueden ser de gran ayuda, ya que permiten adaptarse a un nuevo patrón alimenticio, ya que las hay que provocan sensación de saciedad, otras que ayudan a quemar las calorías de forma más rápida y también las hay que son depurativas y por tanto limpian el organismo. Por ejemplo esta el nopal, que es la chumbera de los higos, y de la que se utiliza la harina derivada de esta, muy abundante en mucílagos, que junto al agua, forman un gel que provoca que muchos lípidos se expulsen sin absorberse por el organismo, lo que por otro lado complementa con su acción de saciedad.
El conocido glucomanano, que es un tubérculo cuya harina, es capaz de absorber 100 veces su peso en agua, y sus características son parecidas a la del nopal, y disminuye la acción de los hidratos de carbono y de los lípidos, produciendo mejor tránsito intestinal y sensación de saciedad. Puede combinarse con el nopal, pero no es recomendable el uso de estas plantas con fármacos ya que puede inhibir o sobreactuar sobre estos.
El resto de plantas como la achicoria o el diente de león, tienen unas propiedades más bien depurativas, de drenaje, y actúa sobre los radicales libres que provocan el propio envejecimiento.
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