¿Eres de los que no desayunan? Conoce el daño que te causas

Por Berta Sola / La Crónica de Hoy

Las distancias que se recorren a diario en las grandes ciudades, el tráfico y la agitada vida cotidiana, son algunos factores que contribuyen a tener una alimentación poco equilibrada o hasta nula, especialmente a la hora del desayuno.

Atrás han quedado los tiempos en que el desayuno en días laborales podía consistir en jugo, fruta, algún cereal con frutas o hot-cakes, unos ricos huevos o por qué no, unos sabrosos chilaquiles acompañados de un buen bistec y todo eso a la mesa con la familia.

Actualmente, en el mejor de los casos, muchas personas recurren sólo a una taza de café, un licuado, alguna barrita de cereal o un par de galletas.

Es importante tomar en cuenta que, al despertar, la última comida que ingerimos fue aproximadamente ocho horas antes. Se dice que durante la noche llegamos a quemar hasta 600 calorías en funciones vitales como respirar o mantener la circulación de la sangre, además de actividades como soñar. Peor resulta si se padece de insomnio, pues el cuerpo está mucho más activo.

Salir de casa sin ingerir alimentos representa un gran desequilibrio, en especial de glucosa, el combustible energético del cuerpo humano, elemento vital para que se lleven a cabo las diferentes funciones del cuerpo. El cerebro es el primer órgano que sufre estos desajustes y se manifiesta por cansancio, flojera y hasta mareos; en casos extremos se presentan síntomas de confusión e inconsciencia.

La importancia del desayuno en la infancia y adolescencia

Durante la infancia, etapa de gran crecimiento, el desayuno es vital para el buen desarrollo de los niños. Contribuye a mantener un estado nutricional equilibrado y favorece tanto la concentración como el buen estado de ánimo.

La falta de desayuno o un consumo deficiente de nutrimentos pueden ser causa de múltiples alteraciones, que condicionan el aprendizaje al tiempo que disminuyen el rendimiento escolar, pues afecta directamente la capacidad de locución y expresión, memoria, creatividad y de resolución de problemas; por ello, los especialistas en el tema recomiendan como coadyuvante los complementos alimenticios para asegurar la ingesta correcta de minerales, proteínas, vitaminas y calorías que el cuerpo requiere para su buen funcionamiento.

Pero los resultados no sólo se dan a nivel mental, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006 (ENSANUT 2006), tan sólo en el Distrito Federal, por cada 100 niños, 12 presentan baja talla; mientras que una tercera parte refieren sobrepeso u obesidad.

El desayuno en la edad adulta

En realidad la situación de los adultos no es muy diferente a la de los niños, ya que si bien se ha alcanzado el máximo crecimiento, la falta de nutrimentos durante la mañana también afecta la concentración y el estado de ánimo, lo que puede perjudicar notablemente su desempeño laboral al mermar las capacidades de memorización, expresión y creatividad.

Está comprobado que las personas que toman un desayuno equilibrado tienden a controlar mejor su peso y contribuyen a evitar enfermedades como la gastritis o colitis, esta última debido en gran parte a que la ingesta de fibra es mayor en el desayuno ya que se acostumbra consumir frutas y cereales.

Sin embargo, también es una realidad que debido a la edad y al ritmo de vida, existen una variedad de productos que dejan de “caer bien al estómago”, lo que en ocasiones limita a las personas a ingerir sólo determinados tipos de alimentos. Por ello, los expertos recomiendan ingerir complementos alimenticios con una alta tolerancia intestinal, cuya finalidad no es reemplazar una comida completa, pero sí cubrir las deficiencias que la dieta pudiese tener.


¿Qué es un buen desayuno?

De acuerdo con la Nutrióloga Adelaida López, un buen desayuno es el que aporta entre el 20 y 25% de las calorías ingeridas a lo largo del día y éstas se adquieren por medio de lácteos, frutas y cereales, complementados con algún alimento de origen animal o leguminosa.

Al ser suficiente en cantidad, sin excedernos, nos permite programar mejor las comidas para el resto del día y evitar estar “picando” todo el día.

Los complementos alimenticios tan socorridos hoy en día, son solamente eso, complementos y no suplen la alimentación que debe ser equilibrada, higiénica, balanceada y con horarios establecidos que se puedan respetar lo más frecuentemente que se pueda.

Tanto en la infancia como en la edad adulta, un mal desayuno también puede acarrear problemas de obesidad, por el ayuno prolongado y su subsecuente atracón de comida por sentirnos demasiado hambrientos. “La recomendación para controlar el hambre y el peso corporal es consumir alimentos por lo menos cada cuatro horas”, menciona la Licenciada en Nutrición.

De acuerdo con la ENSANUT 2006, nuestro país actualmente atraviesa por dos situaciones completamente polarizadas tanto en niños en edad escolar, como en adolescentes y adultos: altas cifras de desnutrición y números muy elevados de obesidad; por ello, es necesario ingerir a diario un desayuno equilibrado rico en nutrimentos, agua y hacer ejercicio para tener una vida saludable.

¿Sabías que? En el Distrito Federal, 12 de cada 100 niños presentan baja talla debido a una alimentación deficiente.

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