Salud Emocional del Paciente Obeso

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Por Claudia Durán, Médica Especialista en Nutrición
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Si tenemos un familiar que padece de obesidad, muchas veces nos es
sumamente difícil ponernos en su lugar y comprender la situación
objetivamente. La obesidad es una enfermedad crónica que se va
desarrollando durante años, por lo que muchos de los cambios a nivel
físico y psicológico no responden solamente a la falta de interés de
la persona en un momento dado, sino que se van gestando incluso mucho
antes de manifestarse.

Antes de llegar a la obesidad morbida, el enfermo recorrió un largo
camino en el que seguramente pasó por distintos estadios. Desde que
aparecen los primeros kilos de sobrepeso, la persona puede comenzar a
sentirse excluida por no responder a esos modelos sociales que tanto
atormentan a gran parte de la sociedad.

Es normal que empiece a manifestar su descontento con la imagen
corporal, incluso antes de padecer un gran sobrepeso. El papel que la
familia asuma ante estos primeros signos es muy importante. En
ocasiones la persona es subestimada e ignorada por sus familiares. El
sentir que "nadie me entiende", "no puedo confiar ni en mi familia",
"estoy solo", son pensamientos que no sólo contribuyen al aislamiento,
sino que también repercuten en la autoestima.

El rechazo hacia los otros lo llevará a tomar actitudes hostiles,
llegando incluso a la agresión verbal o física. Es importante recalcar
que el obeso no está molesto con los otros porque él es gordo, sino
que se siente impotente ante su situación y que los demás no lo
acompañan en un momento muy duro para él.

Es común que ese sentimiento de inferioridad convierta al obeso en
una persona difícil. Los familiares muchas veces se sienten
desconcertados, porque los problemas de relación más graves se dan con
las personas más allegadas. La frustración, la impotencia y la
desesperación son canalizadas a través del maltrato hacia sí mismo y
hacia los demás.

Ser tolerantes y no culpar es una de las mejores actitudes que
podemos tomar ante esta situación conflictiva. Estos problemas
disminuyen cuando la persona comienza a reconciliarse con su propio
cuerpo y a recuperar su salud. Por eso, cuando el paciente ha tomado
la decisión de pedir ayuda mediante un tratamiento que conjugue los
aspectos nutricionales y emocionales, acompañarlo durante el mismo, lo
ayudará a que pueda mantener su decision de cambio y continuar en el
camino hacia su peso real.

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