La soledad trasladada a la comida...

Todos hemos sido víctimas ocasionales de la glotonería. Por eso nos resulta familiar ese sentimiento de “culpabilidad post-ingesta”. Para la mayoría de nosotros no pasa de ahí. Pero para cerca del cuatro porciento de la población, la compulsión se torna regular, sobre todo a partir de los 40 años. No signfica debilidad ni es un defecto de personalidad. El trastorno de la alimentación compulsiva es una enfermedad.

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por la Dra. Claudia Durán - Médica Especialista en Nutrición
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Las personas que padecen de este trastorno, regularmente consumen grandes cantidades de alimentos en dos horas y los atracones pueden durar el día entero. Con esto, el consumo calórico se eleva de las mil quinientas calorías que debemos consumir de forma cotidia, hasta las diez mil o veinte mil calorías. La euforia descontrolada y la ansiedad que experimentan los pacientes durante estos atracones, conllevan luego a una decepción, con caracteristicas de frustacion.

La mayoría de los pacientes comen aùn estando satisfechos. Solos y sin que nadie los vea, se atracan de comida. Además sienten que su comportamiento alimenticio se escapa de su propio control y pierden su autoestima. Las dietas no les resultan. Comen a escondidas y luego ocultan las envolturas. Después sienten remordimiento y se ponen a dieta o limitan su ingesta al minimo… provocando asi, un círculo vicioso. Está comprobado que la restricción alimenticia sólo provoca más episodios de alimentación compulsiva, además, a diferencia de la bulimia, con la alimentación compulsiva no se vomita, ni siquiera se intentan otras maneras de deshacerse de las calorías incorporadas.

Como a diversos problemas psicológicos, se le atribuyen varios factores promotores, de algunas características emocionales, como ciertos hábitos alimenticios y el estrés. Pero en realidad, las psicopatologías alimentarias pueden ser provocadas por múltiples factores. No pueden ser considerados como causales bien definidos y diferentes, sino como agentes que hacen que una persona sea vulnerable a desarrollar un trastorno alimenticio, porque es una combinación de causas individuales que influencian el desarrollo de cualquier trastorno de la alimentación y el mantenimiento del mismo.

Los trastornos alimentarios no afectan únicamente la manera de comer de una persona, sino que se desarrollan como resultado de la forma en que se ve a sí mismo en relación con su entorno. Conflictos que se “realimentan” a sí mismos, porque los efectos de la desnutrición o sobrealimentación terminan por agravar la enfermedad y cronificar el problema.

Si permitimos que los alimentos manejen nuestras emociones, terminamos hundidos en una incontrolable adicción. La comida debe ser el medio para nutrir nuestras vidas. Que nos anime y nos calme los nervios es una cosa, pero de eso a premiarse con comida es el colmo… “A minute in your lips, forever in your hips” (Un minuto en la boca, perdura en las caderas). Tiene que quedar muy claro que la comida no resuelve ningun tipo de problema, es más bien una manera de aislarse... la forma más íntima del materialismo. Es el triunfo de la soledad en un mundo alocadamente colectivo.

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