Titubea SEP ante comida chatarra
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11 Enero 2010
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La Secretaría de Educación Pública (SEP) había prometido el fin de la
comida chatarra en las tiendas de las escuelas primarias del País. Sin
embargo, no será así.
Los refrescos, las papitas y los cacahuates no serán prohibidos y sólo
se emitirán recomendaciones y sugerencias para la alimentación de los
estudiantes.
Según la propuesta de los Lineamientos generales para el expendio de
alimentos y bebidas en las tiendas o cooperativas escolares de los
planteles de educación básica, en poder de Rerorma, no se prohíbe la
venta de ese tipo de comida de manera específica ni la venta de
refrescos.
En la escuela se buscará: Ofrecer alimentos diversos que incluyan
dentro de los tres grupos alimentarios frutas y verduras de temporada,
alimentos naturales y verduras principalmente, y disminuir o
restringir la oferta de bebidas azucaradas tales como refrescos,
menciona la propuesta realizada entre la SEP y la Secretaría de Salud.
El 15 de diciembre del año pasado, el subsecretario de Educación
Básica, Fernando González, aseguró que en este mes de enero se
publicarían los
lineamientos.
Será un acuerdo secretarial que ponga fin a la comida chatarra en las
escuelas, prometió el funcionario.
Sin embargo, la propuesta indica que, en cada escuela, un comité de
tiendas o cooperativas escolares definirá los criterios a cumplir por
los proveedores y estará encargado de supervisar la calidad de los
productos que pueden venderse.
Si se expenden bebidas embotelladas que sean de preferencia de frutas,
sin gas y en la presentación más pequeña, menciona el proyecto.
Además, proveer de orientación a los alumnos y los padres de familia
sobre las propiedades nutritivas de los alimentos y orientar a los
padres de familia en la preparación de lonches saludables.
La SEP asegura que mejorar el logro escolar de los alumnos depende, en
gran medida, de que los alumnos tengan una buena alimentación.
Se recomienda también a los padres no dar dinero a sus hijos para
gastar en la escuela.
Para los maestros, la recomendación es que realicen un trabajo de
sensibilización con las madres y los padres de familia para que sus
hijos desayunen antes de ir a la escuela.
Una vez publicados los lineamientos, estos serán obligatorios para las
escuelas públicas y privadas del DF, y todas las escuelas privadas
incorporadas a la SEP a nivel federal, en tanto que los estados
deberán cambiar su reglamentación interna para adoptarlos.
Depende desempeño de alimentación
Para la SEP mejorar el logro escolar, depende, en gran medida, de que
los alumnos tengan una buena alimentación.
En el diagnóstico de los lineamientos, la dependencia reconoce que el
1 de cada 4 alumnos de primaria tienen problemas de sobrepeso u
obesidad, según cifra de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición
dada a conocer en 2006.
El problema (de la obesidad infantil) es el alto contenido de azúcar,
grasas y sal que consumen los niños en las escuelas, la llamada comida
chatarra y un problema muy fuerte con el consumo de refrescos, señaló
Alejandro Calvillo, presidente de la organización El Poder del
Consumidor, que ha pugnado porque no se venda ni comida chatarra, ni
refrescos en los planteles por las afectaciones que estos productos
tienen en la salud de los estudiantes.
Cuestionan las buenas intenciones
Alejandro Calvillo, advirtió de las afectaciones que estos productos
tienen en la salud de los estudiantes.
Además, está la comida chatarra, que hay de dos tipos: la
industrializada y la no industrializada, pues en la escuela tienes
desde las papas, los dulces, los refrescos; pero también está la no
industrializada, los tacos, tortas, banderillas.
A la hora del recreo y como normalmente en las escuelas públicas los
patios son muy reducidos y en gran parte de ellas está prohibido
correr, lo que sucede es que se convierten en un mercado de alimentos,
expresó.
Siendo México el País con mayor obesidad infantil en el mundo, la SEP
no debe titubear en prohibir la comida chatarra de las escuelas,
señaló Daniel Gershenson Shapiro, presidente de la organización
Alconsumidor.
El especialista indicó que con la uena intención de reducir los
churrumais y refrescos en los planteles educativos, los niños están
condenados a ser obesos, a padecer diabetes y otras enfermedades
cardiovasculares.
Los niños están presionados por una industria publicitaria que se ceba
sobre ellos, ante la mirada cómplice de las autoridades.
Ellos están en una edad muy moldeable, que no saben que los refrescos
les pueden ocasionar serios problemas a futuro y ¿qué va a pasar?,
aunque los papás no les den dinero o les manden lonches nutritivos,
como pretende la Secretaría, los niños van a seguir consumiendo estos
productos porque van a seguir tendiéndolos a la mano, apuntó.
Gershenson precisó que siendo la obesidad infantil un problema de
salud pública, el Gobierno federal a través de la SEP y la Secretaría
de Salud, deberían empezar por prohibir la publicidad en los puestos
de comida y en las canchas deportivas de las escuelas, y erradicar los
alimentos chatarra.
Lo que estamos viendo es el voluntarismo más puro, es suponer que como
estos empresarios son muy buena onda y todos los papás van a tener la
oportunidad de informarle a sus hijos de qué es sano y qué no, se
soluciona el problema; estos son supuestos totalmente subjetivos.
Consideró que será crucial que la Cámara de Diputados apruebe, en el
próximo periodo de sesiones, la reforma constitucional que permite
llevar a juicio una acción colectiva, y que a principios de diciembre
fue avalada por el Senado.
Con este instrumento, los padres de familia o los representantes de
una organización civil pueden acudir ante un juez para pedir que
inhiba una práctica que atenta contra la salud de los niños.
Si el juez te da la razón y le da curso a tu causa, el juez estaría en
posición de requerir a la SEP y a estas empresas (refresqueras y
dulceras) suprimir la venta de sus productos en las escuelas, explicó.
Advierte nutrióloga riesgos
Georgina Cabrera, investigadora del Instituto Nacional de Ciencias
Médicas y Nutrición, indicó que una persona que consume en exceso
papas fritas, dulces o refrescos durante su niñez tiene el doble de
posibilidades de ser un adulto propenso a sufrir enfermedades
cardiovasculares como la hipertensión o la diabetes.
Este tipo de productos contienen una gran cantidad de energía en poca
cantidad de alimento, como un dulce o unas papas fritas, que contienen
mucha más cantidad de grasa y sodio y, por lo tanto, esto tiene un
impacto directo en el organismo, indicó.
La ingesta de productos chatarra, explicó, afecta a la larga el
sistema circulatorio y el sistema cardiovascular, por la cantidad de
energía excedente que el cuerpo almacena en forma de grasa.
La nutrióloga precisó que el consumo de carbohidratos simples, como
los refrescos, jugos, la mermelada o el pan dulce, afectan el
rendimiento escolar al representar un alta y baja en el organismo y el
estado de ánimo de la persona.
Con estos alimentos se agota demasiado rápido la glucosa en la sangre
y por lo tanto te sientes más cansado, decaído porque se agotó la
glucosa en el torrente sanguíneo y en el momento en que se absorbe tan
rápido, hay picos de euforia y de repente caes y te sientes cansado y
fatigado, señaló.
Ante esto, lo que es recomendable, tanto para niños como para adultos,
es una alimentación basada en frutas y verduras las cuales contribuyen
a estar más alertas, activos, relajados, incluso de mejor humor.
La especialista mencionó que en el caso de la alimentación, no basta
con hacerle uenas recomendaciones a los niños sobre qué comer, lo
importante es educarlos en base a acciones.
Lo que hay que hacer es que los niños vean lo que comemos, tanto en la
casa como en la escuela, y que sean alimentos saludables, porque un
niño va seguir comiendo dulces, papitas, refrescos, todo.
Un niño en el momento que consume dulces y todo esto no se está dando
cuenta del daño que le hace, un adulto lo sabe y lo sabe bien.
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