Comida chatarra y refrescos, aún presentes en sitios escolares
La industria de alimentos chatarra y las compañías refresqueras han mostrado una fuerte resistencia a salir de cooperativas y tiendas escolares, pese a la creciente prevalencia de obesidad y sobrepeso en los niños.
En el tercer y último día del foro internacional de Obesidad Infantil se señaló que diversos estudios demuestran que en México la incidencia y prevalencia de la obesidad han aumentado de manera progresiva en los seis decenios pasados y de modo alarmante en las dos décadas anteriores, hasta alcanzar cifras en las que 30 por ciento de niños en edad escolar sufren estos trastornos.
En diversas intervenciones, se planteó que a los derechohabientes del IMSS se les ha proporcionado información fragmentada e incompleta sobre el tema; que los desayunos escolares del DIF tienen una alta densidad de calorías y que no responden a las necesidades alimenticias actuales; que la educación física en escuelas públicas es deficiente; no hay control de puestos de alimentos afuera de los planteles, y hay una fuerte resistencia de la industria de alimentos altos en grasas a salir de centros escolares.
En el foro, las especialistas e investigadoras Eulalia Garrido Magaña, del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI; Sonia Hernández, del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), y la nutrióloga Beatriz Boullosa analizaron dicha problemática.
Con diversos matices presentaron la realidad actual, donde el sobrepeso y la obesidad son la verdadera pandemia del siglo XXI, que afecta a casi el 70 por ciento de los mexicanos, y que de continuar esa tendencia, en 10 años alrededor de 90 por ciento de la población podría estar en esta condición, con los consecuentes impactos en el sistema de salud público.
Sonia Hernández, del INSP, habló de los resultados de un estudio sobre hábitos alimenticios y actividad física en las escuelas y subrayó que las autoridades educativas carecen de control sobre el comercio informal que se instala afuera de los colegios, y que regularmente venden alimentos chatarra. Indicó que en las cooperativas escolares no hay disponibilidad de alimentos recomendables, como frutas y verduras, ni siquiera agua para el consumo de los menores.
Garrido Magaña, del Siglo XXI, presentó algunos avances del programa Prevenimss, que cuando menos ha detenido el avance que tenía el sobrepeso y obesidad en adolescentes. Reconoció que por mucho tiempo la información a derechohabientes sobre este tema se dio de manera fragmentada e incompleta, y se seguían programas de moda que poco servían.
Boullosa habló sobre la actividad física en un mundo electrónico. Dijo que la obesidad está asociada al sedentarismo, producto del esquema de las condiciones de la vida urbana. Por ejemplo, en la población mexicana se estima que por cada hora que se ve la tv se incrementa 12 por ciento el riesgo de obesidad en niños de nueve a 16 años.
En el tercer y último día del foro internacional de Obesidad Infantil se señaló que diversos estudios demuestran que en México la incidencia y prevalencia de la obesidad han aumentado de manera progresiva en los seis decenios pasados y de modo alarmante en las dos décadas anteriores, hasta alcanzar cifras en las que 30 por ciento de niños en edad escolar sufren estos trastornos.
En diversas intervenciones, se planteó que a los derechohabientes del IMSS se les ha proporcionado información fragmentada e incompleta sobre el tema; que los desayunos escolares del DIF tienen una alta densidad de calorías y que no responden a las necesidades alimenticias actuales; que la educación física en escuelas públicas es deficiente; no hay control de puestos de alimentos afuera de los planteles, y hay una fuerte resistencia de la industria de alimentos altos en grasas a salir de centros escolares.
En el foro, las especialistas e investigadoras Eulalia Garrido Magaña, del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI; Sonia Hernández, del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), y la nutrióloga Beatriz Boullosa analizaron dicha problemática.
Con diversos matices presentaron la realidad actual, donde el sobrepeso y la obesidad son la verdadera pandemia del siglo XXI, que afecta a casi el 70 por ciento de los mexicanos, y que de continuar esa tendencia, en 10 años alrededor de 90 por ciento de la población podría estar en esta condición, con los consecuentes impactos en el sistema de salud público.
Sonia Hernández, del INSP, habló de los resultados de un estudio sobre hábitos alimenticios y actividad física en las escuelas y subrayó que las autoridades educativas carecen de control sobre el comercio informal que se instala afuera de los colegios, y que regularmente venden alimentos chatarra. Indicó que en las cooperativas escolares no hay disponibilidad de alimentos recomendables, como frutas y verduras, ni siquiera agua para el consumo de los menores.
Garrido Magaña, del Siglo XXI, presentó algunos avances del programa Prevenimss, que cuando menos ha detenido el avance que tenía el sobrepeso y obesidad en adolescentes. Reconoció que por mucho tiempo la información a derechohabientes sobre este tema se dio de manera fragmentada e incompleta, y se seguían programas de moda que poco servían.
Boullosa habló sobre la actividad física en un mundo electrónico. Dijo que la obesidad está asociada al sedentarismo, producto del esquema de las condiciones de la vida urbana. Por ejemplo, en la población mexicana se estima que por cada hora que se ve la tv se incrementa 12 por ciento el riesgo de obesidad en niños de nueve a 16 años.
Comentarios