Adiós al “Gordito Saludable”

Por Natalie Huerta

Atrás quedaron los años en que ser rechoncho era sinónimo de una buena salud. Conoce detalles sobre las operaciones para bajar de peso...


La llaman la “Epidemia del Siglo XXI”. Cada día suben las cifras y los gobiernos invierten millones de dólares en programas de prevención y promoción de alimentación saludable.

El mundo entero se ha volcado a frenar su rápido ascenso: Gran Bretaña anunció la entrega de bonos en dinero a quienes adelgacen e incluso han recomendado el cierre de las escuelas a la hora de almuerzo para evitar que los pequeños consuman comida chatarra. Japón impuso multas a las empresas que tengan trabajadores obesos y obligó a los empleados a chequear una vez al año el diámetro de su cintura.

Las medidas no son por vanidad. La idea no es tener una población sometida a los estándares físicos impuestos por el mundo de la moda ni impulsar una cultura estética a punta de leyes y sanciones. El objetivo es vencer el sobrepeso y evitar la obesidad.

Los daños que sufre la salud producto del aumento desmedido de peso son varios. Estudios estiman que la mortalidad en las personas con obesidad es hasta 12 veces mayor, mientras otros análisis aseguran que un hombre con un 50% de exceso de peso tiene el doble de riesgo de muerte que una persona de peso normal.

A esto, se suman los peligros de sufrir enfermedades coronarias (enfermedad coronaria, insuficiencia cardiaca congestiva fallo cardiaco y muerte por infarto de miocardio); hipertensión arterial; hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia (niveles de colesterol y grasa en la sangre elevados); cálculos biliares o piedras de la vesícula biliar; distintos tipos de cáncer; asma; disfunciones sexuales; problemas óseos y articulares; y diabetes.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, actualmente hay 1.600 millones de adultos mayores de 15 años con sobrepeso y al menos 400 millones con obesidad clínica. Un escenario poco alentador que todos quieren revertir, a como de lugar.

Atacar Desde el Comienzo
Subir un par de kilos es normal. Sobretodo durante el invierno, donde los almuerzos son mucho más calóricos, o en algunas temporadas de festividades donde el alto consumo de alcohol y elaboradas comidas son una tradición imperdible. Pero hay que prestar atención.

Lo mejor es poner atajo al problema cuando recién se origina, “porque no es lo mismo bajar 5 kilos que bajar 20 o 30”, asegura la nutricionista del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Ximena Orellana.

Para saber si hablamos de sobrepeso o de obesidad, la especialista explica que la diferencia se debe al peso que uno tiene con respecto al normal. “Nosotros usamos mucho un índice que se llama Índice de Masa Corporal (IMC), que se calcula al dividir el peso por la talla al cuadrado y así podemos diagnosticar a los pacientes”.

Un IMC normal en personas adultas –hombres y mujeres- va desde 20 a 24,9. Desde 25 a 29,9 se habla de sobrepeso. Pasando este margen ya se habla de obesidad leve o grado 1, desde 30 a 34,9; obesidad moderada o grado 2 de 35 a 39,9; y obesidad morbida o grado 3 cuando supera los 40.

Es importante destacar que este Índice varía en los adultos mayores sobre 60 años, donde el rango normal es de 23 a 27,9 y este cálculo no es aplicable a los niños, pues ellos se miden con tablas establecidas por el Ministerio de Salud que evalúan la estatura y el peso acorde para la edad.

Orellana explica que estar excedido entre un 10 a 15% del peso ideal (en niños o adultos) significa sobrepeso y es necesario poner atención.

Cuando el alza de peso es más significativa y la persona ya presenta algún grado de obesidad lo importante es someterse a un tratamiento integral, es decir, “que considere la parte alimentaria y corregir a través de un plan de alimentación, que probablemente sea una dieta hipocalórica. La idea es que al paciente le enseñemos qué comer, cuánto comer y a qué hora comer. Además, nos apoyamos con especialistas endocrinólogos para determinar el origen del sobrepeso, que puede ser hormonal, y evaluar si este exceso ha perjudicado la salud como hipertensión, resistencia a la insulina, colesterol alto. Y además, hay que darle un apoyo psicológico porque muchos pacientes comen por ansiedad, junto con el ejercicio físico”, aclara la especialista.

Lamentablemente, muchas de las personas que inician un tratamiento lo abandonan. Y ese número es la gran mayoría: sólo un 10% ve resultados, a un 90% no les resulta.

La Solución del Bisturí
Una considerable baja en la expectativa de vida, sumado a los daños colaterales que conlleva la obesidad son una de las razones por las cuales la medicina se ha empeñado en crear alternativas quirúrgicas, aplicable sólo en casos extremos y cuando las dietas ya no funcionan.

Las llamadas cirugías “bariátricas” comenzaron a realizarse en la década de los 60’ en Estados Unidos, pero no fue hasta 1980 que su práctica experimentó un aumento importante en Norteamérica y Europa.

Con el tiempo las técnicas se han especializado hasta ser cada vez menos invasivas, lo que ha generado un aumento en su popularidad: tan sólo en EE.UU. se operan anualmente a más de 200 mil pacientes.

Sin embargo, como toda intervención ésta tiene sus riesgos. Según el cirujano digestivo de la Clínica Vespucio, Juan José Gallardo, una cirugía baríatrica presenta hasta un 1% de mortalidad y hasta un 10% de morbilidad, es decir, problemas postoperatorios como tromboembolismo pulmonar, problemas de ventilación y riesgo de infecciones.

Asimismo, el experto hace especial hincapié en aclarar que el pabellón sólo se recomienda en algunos casos. “Sobre 35 de IMC, es decir obesidad grado 2 con alguna enfermedad asociada que puede ser dislipidemia, hipertensión, resistencia a la insulina, diabetes, problemas a la espalda y/o cáncer. En este último punto, la obesidad te aumenta el riesgo de padecer distintos tipos de cáncer, como el de mamas donde en la mujer posmenopáusica el riesgo aumenta cinco veces y en el hombre cinco veces más de cáncer de colón, sólo por el hecho de tener sobre 35 de IMC”.

Las indicaciones del tratamiento quirúrgico de la obesidad se basan en las recomendaciones realizadas en 1991 por el Instituto de Salud de EE.UU. (NHI) y en la Norma de Manejo Quirúrgico del Paciente Obeso del Ministerio de Salud, donde se estipula que las operaciones deben realizarse siempre que se cumpla con las características antes descritas y la evaluación sea realizada por un equipo multidisciplinario, en un centro con experiencia que luego controle al paciente. Eso, sumado a un gran examen clínico para saber cómo está su organismo.

El especialista de la Clínica Vespucio es enfático al señalar que la preparación dura cerca de un mes, pues los pacientes deben estar claros que estas operaciones no son una “cura eterna” a la obesidad. “Uno puede hacer la mejor operación, pero si después el paciente empieza nuevamente con sus antiguos hábitos de comer azúcar en grandes cantidades, la intervención no sirve de nada”, asegura.

Con respecto a la cirugía más efectiva, Gallardo la define como un “trabajo de sastrería: va a depender de cada persona. Podemos tener dos personas de 30 años, con la misma obesidad pero que se les realice cirugías distintas dependiendo de si tiene o no reflujo esofágico, más o menos enfermedad metabólica, representada en que ya tengan diabetes o hipertensión”.

Existen distintos tipos de alternativas quirúrgicas, pero las que actualmente se utilizan en el país se dividen en:

Cirugía Restrictiva: Son aquellas operaciones que actúan disminuyendo la capacidad de ingesta de los alimentos.

Existen varias alternativas, siendo la más común la Banda Gástrica Ajustable que consiste en la instalación de un manguito ajustable alrededor del estómago, bajo la unión gastroesofágica. Este manguito está conectado a un reservorio que se instala sobre la aponeurosis de la pared abdominal. La banda gástrica se ajusta inyectando suero fisiológico en el reservorio de acuerdo a la capacidad de ingesta de alimentos de los pacientes. Se ajusta las veces que sea necesaria para producir restricción a la ingesta de los alimentos y de esa manera ayudar a la baja de peso. Es un procedimiento de muy bajo riesgo quirúrgico realizado habitualmente con técnica laparoscópica. Produce una baja de peso lenta con pérdidas de peso de aproximadamente 50 % del exceso de peso a 3 años.

La Gastrectomía en Manga implica la resección (corte) del segmento de estómago compuesto por la curvatura mayor. De este modo, se remueve aproximadamente un 60% del estómago dejando una especie de tubo o manga, disminuyendo la capacidad de casi 1.200 cc. a 100 o 200 cc. y sin alterar el tránsito intestinal.

Cirugía Mixta: Técnica quirúrgica mixta es aquella que actúa a través de la disminución de la ingesta y de la absorción de los alimentos.

El Bypass Gástrico es un procedimiento de tipo mixto y es en general uno de los más frecuentemente realizados en todo el mundo. En esta cirugía los alimentos pasan desde el esófago a un estómago muy pequeño de aproximadamente 15 a 20 cc de capacidad (bolsa gástrica). Desde esta bolsa gástrica son conducidos directamente al intestino delgado (asa alimentaria), previamente seccionado, eliminándose completamente el tránsito de los alimentos a través del estómago, duodeno y yeyuno proximal (bypass gástrico).

Esta asa alimentaria de 150 cm. de largo, conduce los alimentos hasta unirse a la llamada asa biliopancreática. Desde ahí en adelante los alimentos se mezclan con las sales biliares y jugo pancreático donde se realiza su digestión y absorción. Los pacientes bajan de peso a través de la restricción a la ingesta de los alimentos y de la disminución de su absorción. Su efectividad, con pérdida del 60 a 70 % del exceso de peso en un año, junto a una mejoría importante de las enfermedades asociadas, especialmente diabetes mellitus tipo 2, la han convertido en una de las intervenciones más realizadas. Esta cirugía hace indispensable el consumo de suplementos de vitaminas y minerales, además de una adecuada pauta de alimentación y control periódico con el fin de evitar deficiencias nutricionales.

Cómo Acceder
Nuestro país se ha sumado a las iniciativas, y junto con implementar programas de prevención enfocado en los niños, el Fondo Nacional de Salud (FONASA) ha implementado un Programa Piloto de Cirugía Bariátrica que permitirá atender los casos más urgentes de obesidad mórbida en la población a partir de agosto.

El Director Nacional de FONASA, Hernán Monasterio, explica que el ingreso al programa es “mediante los consultorios de atención primaria, especialmente a través de los planes de estilo de vidas saludables que existen en 321 consultorios del país y que a la fecha tiene 8.000 beneficiarios adultos y 6.000 niños y adolescentes”.

Pero para aquellas personas donde, pese a ser parte de estas iniciativas no ven resultados a largo plazo, es que se ha creado el Programa Piloto que financiará 100 cirugías con el fin de medir los resultados, para luego incorporar progresivamente este tratamiento a las actividades de lucha contra la obesidad favoreciendo a más pacientes.

A pesar de los avances médicos que permiten poner un atajo a la obesidad, la idea no es llegar a los límites y poner en peligro la salud para hacer conciencia. Una dieta equilibrada, donde el azúcar y la llamada “comida chatarra” sean consumidas solo ocasionalmente, donde el consumo de masas sea proporcional al de verduras y a la realización de ejercicio es una manera mucho más rentable y saludable de vivir la vida.

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