A comer frutas y verduras
Por Natyobi Mejia para el Nuevo Diario
El déficit en el consumo de frutas y verduras provoca cada año 2.7 millones de muertes y es uno de los diez factores de riesgo que contribuyen a la mortalidad. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas (FAO) lanzaron una campaña para promover el consumo de esos alimentos.
Algunos de los trastornos más comunes y debilitantes del mundo, comprendidos algunos defectos congénitos, el retraso mental y del crecimiento, la debilidad del sistema inmunitario, la ceguera e incluso la muerte, se deben a una alimentación carente de vitaminas y minerales (comúnmente denominados “micronutrientes”). El consumo insuficiente de fruta y hortalizas (verduras) es uno de los principales factores de tal falta de micronutrientes.
Otros estudios científicos indican que la fruta y las hortalizas no sólo contribuyen a prevenir los trastornos causados por la falta de nutrientes, sino que también reducen el peligro de padecer enfermedades cardiovasculares –otra de las principales causas de enfermedad y muerte en todo el mundo– y distintos tipos de cáncer.
Si bien lo mejor es tomar nueve o diez porciones de fruta y hortalizas al día, las normas alimentarias tienden a recomendar un mínimo de cinco porciones al día (ver link externo “¿Qué es una porción?”). Pero otros estudios indican que la mayoría de la población no satisface siquiera la mitad de este objetivo.
“En estos momentos, un gran desafío para la salud pública es incrementar el consumo de fruta y hortalizas”, afirma Kraisid Tontisirin, Director de Alimentación y Nutrición, en la FAO.
Las ventajas de su consumo
El director de la OMS en el área de Prevención y Promoción de la Salud, Pekka Puska, indicó que “hay una fuerte y creciente evidencia de que un consumo suficiente de verduras y frutas ayuda a prevenir numerosas enfermedades y favorece un buen estado de salud. Sin embargo, gran parte de la población mundial consume muy poco estos alimentos”.
La población no consume fruta y hortalizas por distintas razones: el costo, la conveniencia, el sabor y prejuicios, entre otras. Pero su consumo es indispensable. ¿Por qué?
Porque contienen muchas vitaminas y minerales, y porque cumplen funciones ventajosas para el organismo: la vitamina A, por ejemplo, mantiene la salud de la vista y la inmunidad contra las infecciones; el potasio favorece el correcto funcionamiento del sistema nervioso y los músculos; y las vitaminas del grupo B son necesarias para transformar los alimentos en energía.
Otros micronutrientes presentes en la fruta y las hortalizas, como la vitamina C y la vitamina E, tienen muchas propiedades antioxidantes que protegen las células de los agentes cancerígenos. La vitamina C, en particular, puede incrementar la absorción de calcio, mineral esencial para la salud ósea y dental, así como la de hierro de otros alimentos.
Muchas frutas y hortalizas además contienen una gran cantidad de fibra, que ayuda a eliminar, a través de la digestión, sustancias que pueden ser nocivas y a reducir los niveles de colesterol.
El déficit en el consumo de frutas y verduras provoca cada año 2.7 millones de muertes y es uno de los diez factores de riesgo que contribuyen a la mortalidad. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas (FAO) lanzaron una campaña para promover el consumo de esos alimentos.
Algunos de los trastornos más comunes y debilitantes del mundo, comprendidos algunos defectos congénitos, el retraso mental y del crecimiento, la debilidad del sistema inmunitario, la ceguera e incluso la muerte, se deben a una alimentación carente de vitaminas y minerales (comúnmente denominados “micronutrientes”). El consumo insuficiente de fruta y hortalizas (verduras) es uno de los principales factores de tal falta de micronutrientes.
Otros estudios científicos indican que la fruta y las hortalizas no sólo contribuyen a prevenir los trastornos causados por la falta de nutrientes, sino que también reducen el peligro de padecer enfermedades cardiovasculares –otra de las principales causas de enfermedad y muerte en todo el mundo– y distintos tipos de cáncer.
Si bien lo mejor es tomar nueve o diez porciones de fruta y hortalizas al día, las normas alimentarias tienden a recomendar un mínimo de cinco porciones al día (ver link externo “¿Qué es una porción?”). Pero otros estudios indican que la mayoría de la población no satisface siquiera la mitad de este objetivo.
“En estos momentos, un gran desafío para la salud pública es incrementar el consumo de fruta y hortalizas”, afirma Kraisid Tontisirin, Director de Alimentación y Nutrición, en la FAO.
Las ventajas de su consumo
El director de la OMS en el área de Prevención y Promoción de la Salud, Pekka Puska, indicó que “hay una fuerte y creciente evidencia de que un consumo suficiente de verduras y frutas ayuda a prevenir numerosas enfermedades y favorece un buen estado de salud. Sin embargo, gran parte de la población mundial consume muy poco estos alimentos”.
La población no consume fruta y hortalizas por distintas razones: el costo, la conveniencia, el sabor y prejuicios, entre otras. Pero su consumo es indispensable. ¿Por qué?
Porque contienen muchas vitaminas y minerales, y porque cumplen funciones ventajosas para el organismo: la vitamina A, por ejemplo, mantiene la salud de la vista y la inmunidad contra las infecciones; el potasio favorece el correcto funcionamiento del sistema nervioso y los músculos; y las vitaminas del grupo B son necesarias para transformar los alimentos en energía.
Otros micronutrientes presentes en la fruta y las hortalizas, como la vitamina C y la vitamina E, tienen muchas propiedades antioxidantes que protegen las células de los agentes cancerígenos. La vitamina C, en particular, puede incrementar la absorción de calcio, mineral esencial para la salud ósea y dental, así como la de hierro de otros alimentos.
Muchas frutas y hortalizas además contienen una gran cantidad de fibra, que ayuda a eliminar, a través de la digestión, sustancias que pueden ser nocivas y a reducir los niveles de colesterol.
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