Sobrepeso-obesidad: ¿carencia de alimento espiritual?

Los sentimientos de las personas influyen en sus hábitos alimenticios, lo que repercute en una mayor ingestión de comida. Está relacionado con el sentimiento de vacío interno que surge de la incapacidad de satisfacer un egoísmo creciente.

Por Claudia Durán, médica especialista en nutrición



No es un secreto que la obesidad y el sobrepeso se incrementan cada año. Según las estadísticas, durante los últimos 20 años ha habido un aumento dramático en la obesidad en este país, y ya en 2003, el 66% de los adultos sufrían de sobrepeso u obesidad.

Incluso los niños han aumentado de peso. El peso promedio de un niño de 10 años en 1963 era de 37,1 kilos, en tanto para el año 2002 era de aproximadamente 42,5 kilos. Entre las niñas esa cifra pasó de 38,.7 a 44 kilos''.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que para el año 2015, aproximadamente 2.300 millones de adultos tendrán sobrepeso y más de 700 millones serán obesos.

Esta epidemia no solamente está afectando a las personas en su autoestima, su bienestar y salud sino que también está costando una gran cantidad de dinero. para tomar acciones en pro de la prevención. En Estados Unidos en el año 2000 se gastaron más de 117.000 millones de dólares en dietas y tratamientos de enfermedades relacionadas con la obesidad, aparte de los miles de millones de dólares que las empresas pierden debido a dolencias de empleados con sobrepeso.

El impacto es diverso. Las líneas aéreas están planeando cobrar un controversial "impuesto por gordura'', argumentando que las personas con sobrepeso ocasionan un incremento en el gasto de combustible a las aerolíneas y dejan menos asientos para clientes más delgados.

Algunos cirujanos rechazan operar a personas con sobrepeso por los altos riesgos relacionados. Incluso Disneyland se ha visto afectada, teniendo que cerrar y renovar algunos de sus juegos por descomposturas provocadas por la gran cantidad de usuarios con sobrepeso.

Pero lo más inquietante son los problemas de salud que se generan. La diabetes de tipo II, un padecimiento asociado con la obesidad, es la enfermedad con mayor crecimiento en el mundo. Otras complicaciones relacionadas con la misma causa son la hipertensión, afecciones coronarias, accidentes vasculares cerebrales y varios tipos de cáncer.

El hambre real en nuestro interior
Indudablemente, algunas personas tienen sobrepeso por herencia y factores genéticos, pero es sólo el 20% de los casos. El 80% restante se trata de obesos o pasados de peso sencillamente porque comen de más, una tendencia que se ha elevado dramáticamente durante los últimos 20 años.

¿Por qué? : Tiene que ver con la actitud; ocurre en el cerebro humano. Esto es lo que determina si una persona será gorda o delgada y si comerá sanamente o no. Algunas de las razones de comer en exceso pueden ser: depresión, desilusión, irritación, aburrimiento y muchas otras razones que no tienen nada que ver con el hambre.

Nos vemos obligados a compensar esa carencia interna, la falta de plenitud y el sentimiento de vacío, por todos los medios posibles, y uno de ellos es la comida.
En otras palabras: la epidemia de la obesidad, que se extiende por todo el mundo de hoy, es otro síntoma más del vacío que experimenta el ser humano moderno.

Satisfacción - No compensación

El incremento del egoísmo humano hoy en día ocasiona que muchos de nosotros estemos insatisfechos, independientemente de lo que hagamos. Siempre "queremos algo'' y sin importar la cantidad de bienes que adquiramos, seguimos sintiéndonos vacíos internamente, obligándonos a buscar una compensación que, para algunos, consiste en comer todo el tiempo.

Pero sin importar qué tanta comida consumamos, nuestro vacío interior sigue intacto. Esto es así simplemente porque lo que anhelamos en realidad no es físico. Es un deseo espiritual que está despertando; un deseo insaciable que en nuestra época está alcanzado su punto culminante, exigiendo una satisfacción que sólo puede ser espiritual. Dicho de otro modo: falta el "alimento espiritual''.

Por lo tanto no se trata solamente de seguir un plan alimenticio determinado. Se trata también de trabajar la base del problema, mostrándonos cómo satisfacer nuestro deseo espiritual, nuestra profunda deficiencia.

Cuando finalmente nos ocupamos de la carencia verdadera, sencillamente desaparecen los pensamientos como "Quiero algo pero no sé qué es exactamente; quizá una bocha de helado''. Al integrarse a la espiritualidad, el individuo empieza a pensar en un nivel completamente diferente, comienza a experimentar la vida como una aventura continua, y en cada momento siente energía y plenitud internas.

En la actualidad, los niveles acelerados de obesidad y sobrepeso son un signo de que las personas anhelan una satisfacción que no encuentran: la satisfacción espiritual. Si comprendemos esto y aprendemos a llenarnos espiritualmente, no necesitaremos más ninguna cosa "extra'' del exterior.

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